Por Caitlin Mendenhall / Noviembre 2019
Mientras la competencia de Freddy Castillo está entregando leche de cabra puerta a puerta en su comunidad, Freddy toma la delantera y lleva las cabras. Además tiene una herramienta de mercadeo sorprendente para convencer sus clientes: el pequeño hijo de su empleado quien es un testigo adorable a los beneficios nutricionales y el sabor delicioso de la leche de cabra orgánica de Freddy.
Freddy Hedelberto Herincx Castillo tiene una granja integral llamado “Abuelita Sofía” en Cotzal, Guatemala. La variedad en sus productos hace que la granja sea verdaderamente integral, en vez de la granja más tradicional que sólo se enfoca en una o dos cultivos. Sus iniciativas incluyen una vaca para leche, hortalizas, criando y vendiendo pollitos criollos, conejos, produciendo y vendiendo abono orgánico, y por supuesto las seis cabras que producen leche que es el ingreso principal de la granja. Todas las actividades de Freddy se hace con la comunidad en mente. Una de las metas de la granja es demostrar a la comunidad qué es posible, más que los cultivos típicos, para que otros agricultores puedan tomar inspiración y aprender de Freddy. Como segundo trabajo, Freddy da capacitaciones en Cotzal y de una universidad que prefiere tener experiencia y lecciones personales para compartir con sus estudiante
Cuando Freddy entró al Programa de Incubación de Negocios de Filantropis, su negocio llevaba tres años de funcionamiento, pero sabía que podía mejorarlo. La granja estaba produciendo pero a Freddy le dificultaba la contabilidad, así que decidió aplicar al Programa de Emprendimiento Social de Filantropis en 2018. “La mayor cosa que aprendí con Filantropis fue cómo llevar los costos e identificar el producto líder, que es la leche de cabra,” explica Freddy. La leche de cabra contiene muchos nutrientes importantes, especialmente para los niños, y rápidamente está volviendo más popular en Cotzal. Empezó a poner más esfuerzo en producir y vender la leche, sin dejar sus otros proyectos, y ahora genera más ingreso. Sus próximos pasos son de formalizar su negocio legalmente con la ayuda de Filantropis y comprar más cabras, como las seis que tiene ahora no son suficiente para la demanda. Espera que la granja sea suficiente para apoyar a su familia sin tener que suplementar con otros trabajos dentro de dos años.
Freddy empezó a trabajar con cabras después de una capacitación que estaba enseñando a productores del área rural. Uno de sus participantes le preguntó, “Si la leche de cabra es tan especial, ¿por qué usted no tiene cabra para producir?” Desde ese día, Freddy ha estado un paso en frente de la competencia. Cada mañana a las 5:50 am, Freddy pasa por su comunidad vendiendo leche de cabra puerta a puerta diez minutos antes del otro vendedor. Cuando los clientes se dieron cuenta de que el otro señor estaba vendiendo leche de vaca a precios de leche de cabra, empezaron a preguntar a Freddy si pudiera comprobar que su leche era de cabra. Así fue que Freddy empezó a llevar sus cabras y ordeñarlas en frente de sus clientes. El otro vendedor empezó a hacer lo mismo, Freddy decidió traer el hijo de su empleado como un pequeño cuento de éxito.
Freddy está orgulloso de la manera en que su negocio ha mejorado la vida de su empleado, Francisco, y su familia quienes viven en la granja. “Es increíble como prácticamente cambió la vida de la familia,” dice Freddy. “La familia ya es parte de la granja.” Cuando empezaron a trabajar en la granja, Francisco no sabía nada de las cabras. Su esposa estaba demasiada tímida para hablar con los clientes que llegaban a la granja, y su hijo pequeño tenía desnutrición severa. Después de unos años trabajando para Freddy, Francisco hace casi todo en la granja, cuidar los animales y hasta el inventario. La confianza y autoestima de su esposa ha aumentado, no sólo atiende a los clientes que visitan para comprar productos, también lleva productos para vender en el mercado público. Los dos hijos de Francisco están gorditos y sanos, gracias a los beneficios nutricionales de la leche de cabra. Francisco y Freddy frecuentemente traen al hijo mayor de tres años con ellos a vender leche en las mañanas. Sus pequeños gritos de “¡Leche de cabra! ¡Leche de cabra!” traen a la gente a sus puertas. “A veces hay familias que no creen en la leche de cabra, pero cuando Francisco empieza a ordeñar la cabra, el hijo pide ‘¡Dame leche!’ y la gente se empieza a reír. Eso nos ha ayudado bastante. Es muy bonito ver cómo el niño se ha encariñado con las cabras y la gente también,” dice Freddy.
Aunque Freddy ya completó los ocho talleres de cultivación que Filantropis ofrece en su programa para emprendedores, todavía cuenta con el apoyo de la organización. El equipo le va a ayudar con el proceso de legalización, como es bastante complicado y ya lo ha conocido por experiencia de otras empresas. De vez en cuando, alguien del equipo visita la granja para ver como va. “Una meta que Filantropis debe tener es mejorar el seguimiento después de la etapa de Incubación y es un gran apoyo. En el caso mío como emprendedor, pues yo ya tenía la idea de llevar a cabo mi proyecto y sí lo logré, pero sí es bueno el apoyo de alguien que nos aconseja y nos genera ideas.” Dice Freddy sobre el Programa de Emprendimiento.