“Splash” Más fresco, ya no se puede.

Por Caitlin Mendenhall / 13 de Septiembre 2019

Fernando Santiago.
Presentación Bootcamp. Sep. 2019

El mes pasado en Antigua Guatemala, Francisco Fernando Santiago Ceto ganó el primer premio en el Bootcamp de Emprendimiento Social de Filantropis . Fernando y su hermano Miguel, tienen un negocio de cultivo de peces llamado “Splash”. En el pueblo de Nebaj, Quiché, todos los restaurantes y amantes de mariscos tienen que comprar pescados congelados de vendedores que lo traen desde tierra más bajo. El pescado tiene que viajar varias horas en hielo y a veces no se congela bien, enfermando al cliente. El pueblo nunca ha podido comprar pescado fresco, mucho menos vivo… hasta ahora. Fernando invita a sus clientes en su terreno para escoger pescado, o lo lleva vivo a la puerta de sus clientes, evitando las enfermedades que pueden traer los pescados congelados. Fernando describe el beneficio social de su negocio, “Sin mi negocio, las personas seguirían comiendo pescados congelados y nunca tendrían la oportunidad de consumir una carne especial y fresco. Cuando está congelado, a veces uno no sabe lo que está comiendo.” Filantropis lo conectó con una persona quien lo ayudó con el nombre y el slogan de su negocio. Fernando eligió el slogan “Más fresco ya no se puede” porque está orgulloso del cambio que está creando. Está feliz que pueda ofrecer una carne alternativa y saludable a su comunidad a un precio accesible. 

Varias personas se han interesado en imitar su negocio, pero Fernando tiene una oportunidad única. Peces necesitan agua corriente sin contaminación para sobrevivir. Aunque muchas personas tienen terreno donde pasa un río, a ese punto ya está contaminado. Fernando aprovecha el nacimiento en su propiedad para desviar el agua fresco en tubos a los estanques y lo regresa al río por el otro lado. Hace tres años, Fernando y su hermano experimentaron primero con un pequeño tanque de sardines y cuando vieron que funcionó, compraron 300 semillas de tilapia que pronto empezaron a crecer hasta una libra. De estos primeros 300 peces, alguien les robó casi todos, pero los hermanos no se rindieron y ahora cuentan con cinco estanques grandes de 500 peces cada uno (una cerca y un perro para la seguridad).

Cuando Fernando entró en el Programa de Incubación de Empresas de Filantropis, estaba vendiendo tilapia a familia y conocidos pero no tenía un negocio formal. A veces sus clientes querían negociar el precio y Fernando salía perdiendo dinero porque no sabía cómo fijar sus costos. “Antes tenía mis registros pero no estaban bien hechos,” explica Fernando. “Con Filantropis, aprendí mucho sobre cómo llevar el presupuesto y tener todo ordenado. Ya sabemos cuánto tenemos que vender cada día y cada mes para tener una buena ganancia y para que crezca rápidamente el proyecto.” Está empezando a experimentar con otros productos como truchas, conchas, almejas y caracoles. Acaba de asegurar un cliente enorme: un restaurante muy popular en Nebaj contratará como su único proveedor de pescados. 

Al terminar las capacitaciones de emprendimiento social, los emprendedores de Filantropis participan en un Bootcamp con expertos. El Bootcamp es un retiro de unos días para enfocar solamente en su emprendimiento. “A través del Bootcamp, aprendemos y practicamos cómo hablar en público, como si estuviéramos ofreciendo el producto a personas. Si no puedes expresarte u ofrecer tu producto frente a personas, entonces las personas no comprarán tu producto,” explica Fernando. Esta presentación se llama “pitch”, y Fernando lo ejecutó magníficamente, ganando 2,000 quetzales para invertir en su negocio. Espera usar el premio para enfrentar unos retos que está experimentando, por ejemplo, la caza de peces con una red hecha a mano y la entrega del producto llevando una cubeta pesada a pie de su aldea hasta los clientes. Piensa comprar una atarraya nueva y empezar a ahorrar para una cuatrimoto para mejorar su servicio. Su sueño a largo plazo es tener un lugar recreativo cerca de sus estanques, con piscinas y un pequeño restaurante, para que sus clientes puedan pescar sus propios peces, cocinarlos y consumirlos de una vez todo en el mismo lugar. Sería un destino ideal para los que quisieran pasar una tarde en el campo disfrutando del aire y comiendo pescado fresco. 

Aunque Fernando ha terminado el último paso en el Programa de Cultivación, sigue en contacto con Filantropis y espera que puedan ayudarlo con conexiones estratégicas para asesorar su negocio y brindarle apoyo técnico con la cría de los peces. Además ofrece su apoyo con ánimo a Filantropis y sus futuras generaciones de emprendedores. A todas las personas que quieren emprender un negocio, Fernando aconseja, “Tengan en cuenta que siempre van a haber obstáculos en el camino, pero siempre hay que superarlos y no hay que tirar la toalla. En vez de dar un paso atrás, que den un paso en frente. Es la única forma para alcanzar el éxito. Tal vez de esta forma habrá más desarrollo en nuestra comunidad porque nadie más puede hacerlo por nosotros.” Sobre el rol de Filantropis en este desarrollo dice, “Están haciendo un trabajo excelente apoyando a las personas que quieren emprender y deben seguir echándole ganas.”